Todo es propiedad privada
La mariposa ríe al final
El aroma no es simétrico
No confíe en tonterías.
Luis Alberto Arellano
Miré con otros ojos la poesía. No quiero que me digas que perdí un reino. Me sobra una vida y quiero recorrerla con los ojos vendados, ya nada tengo que perder. No me entero de las dolencias del cuerpo. A nadie hieren las piedras del camino, hermano. Quiero consultarte verdades que me pertenecen, ese es mi gran error. Tú dijiste: “los bárbaros son los otros”, pero yo miro las vecindades desiertas del barrio, como buscando esa voz que me pertenezca. No soy yo, ésta no es mi tierra. He venido a buscarme donde la boca es demasiado lejana para encontrar su verso y respiro. Entre tantas estrellas, sólo me ilumino las manos. Ya caminé del lado de la sombra y ahora me confunde la luz de éste hemisferio: "Lobotomía", dijiste. Me río porqué tienes razón, la solución es el olvido. Masacre de mis infiernos todos. No buscaré La voz en el brillo de lo absoluto.
Hoy es una noche ciertamente triste. Muchos lo dirán mejor que yo. Otros se consuelan con el destino. A nadie le pertenece el dolor del otro. Por eso es que escribo, para quitarme la congoja y el acecho de los gatos en la buhardilla. Me pinto las plumas de llanto, respiro el olor del último incienso. También se acabó el café de grano y las últimas noticias anuncian tu muerte de manera sorpresiva. Será que por eso, está lloviendo en diciembre.
Mónica González Velázquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario